La Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Piedras Blancas invita a presenciar la proyección del film “El caníbal del Paraná”, que cuenta la historia de Aparicio Garay, uno de los homicidas más oscuros de la historia argentina. Será el viernes 20 de agosto, a las 19,30, en el Centro Cultural Oscar Ringo Maidana. Quienes deseen asistir, podrán anotarse a través del correo culturapiedrasblancas@gmail.com o por WhatsApp al 3436234066. Los cupos son limitados, respetando los protocolos sanitarios.
APARICIO GARAY Y SU RELACIÓN CON PIEDRAS BLANCAS El film “El Caníbal del Paraná”, cuenta la historia de Aparicio Garay, un hombre que vivía entre las islas de la costa del Paraná, entre Hernandarias y Piedras Blancas (costa entrerriana) y en Cayastá (costa santafesina), y que el 19 de mayo de 1936 confesó ante la policía que asesinó y comió a un niño. “Tengo miedo señor, porque cuando uno comienza a comer carne humana se envicia y después quiere comer más”. Con esta macabra declaración, Garay confesó ante el comisario Pérez de la comisaria de Helvecia (Santa Fe) el crimen que lo llevaría a la cárcel y luego a un hospicio para alienados mentales donde acabaría sus días. Con su muerte finalizaron los homicidios de uno de los personajes más oscuros de la historia del crimen argentino conocido como el “Caníbal del Paraná”. Su obsesión: secuestrar niños y comerlos. Los viejos pobladores lo recuerdan por “su mirada brava, especialmente penetrante sobre todo cuando miraba a los niños”.
El caníbal (en el medio, con sombrero), en el momento de su detención El director del film es José Luis Mastrolorenzo, a quien la historia afecta personalmente. Y es que su abuela Fortunata Cordero tenía una hermanita, Margarita, y cuando niñas (la primera tenía once y la segunda siete) lo acompañaron a su padre a la isla en canoa a ver la hacienda que él cuidaba. Eran días de creciente. “Se ponen a limpiar el rancho y Margarita sale a buscar agua el río: nunca más volvió“, afirmó Mastrolorenzo en una entrevista en el diario La Nación en 2020. Su abuela, que murió con 101 años, seguía convencida que su pequeña hermana fue una víctima de Aparicio. “Estaba ese viejo que comía chicos, decía que era carne dulce, nos llevó a Margarita”, manifestó Fortunata en el documental. Siguiendo sus perversos impulsos, en 1936 en La Vuelta del Dorado, en Cayastá, secuestró a Eusebio Lugones de 11 años (tenía un hermano mellizo, apodado Pano), quien estaba solo en la orilla pescando. Sus padres y hermano se habían ido a hacer los mandados. Un vecino declaró en la causa que se le acercó a Garay, quien le preguntó “si en esta dirección iba bien para El Polo Norte”, lo creyó un loco y se fue y con él, la única oportunidad de Eusebio de estar a salvo del monstruo.
Aparicio Garay fue encarcelado en la cárcel de Las Flores (Santa Fe), pero su condición mental obligó a trasladarlo al Hospicio para Alienados Mentales de las Mercedes (hoy, Hospital Borda), en la ciudad de Buenos Aires. La última noticia que se tiene de él fue por un recorte de un diario, en 1938 mató de un golpe en la cabeza a su compañero de habitación, el italiano Vicente Grassia, porque roncaba.